La Razón - Pilares del Sistema Preventivo de Don Bosco
El Sistema
Preventivo de Don Bosco se basa en tres pilares fundamentales: razón, religión
y amor. Cada uno de estos pilares tiene un rol clave en el desarrollo integral
de los jóvenes. En este blog, nos enfocaremos en la razón como uno de los ejes
centrales en la pedagogía de Don Bosco, profundizando en su significado y cómo
este principio guía la vida educativa en el contexto del Sistema Preventivo.
¿Qué es la
razón?
La razón en
el Sistema Preventivo de Don Bosco no es solo la capacidad intelectual o
lógica. Don Bosco la entendía como una herramienta para guiar el comportamiento
y las decisiones, proporcionando una estructura en la cual el joven pueda
actuar de manera coherente con su entorno y consigo mismo. La razón se utiliza
para guiar a los jóvenes en la comprensión de las reglas y expectativas de la
vida cotidiana, promoviendo un sentido de autocontrol y autonomía.
Su
significado en el Camino de Don Bosco
Para Don
Bosco, la razón era el método mediante el cual los jóvenes podían llegar a
comprender el valor de las normas, las correcciones y las sanciones. A
diferencia de un sistema puramente punitivo, Don Bosco creía que los jóvenes
debían ser capaces de entender por qué algo está mal o bien, más allá de
recibir un castigo o una recompensa. La razón se convierte, entonces, en el
canal a través del cual los educadores pueden llevar a los jóvenes a tomar
decisiones conscientes y responsables.
Sentido
Común
El sentido
común juega un papel vital en la aplicación de la razón dentro del Sistema
Preventivo. No se trata de imponer reglas arbitrarias, sino de guiar a los
jóvenes a través de una comprensión lógica de las normas. El sentido común
permite que el diálogo entre el educador y los estudiantes sea equilibrado y
basado en el respeto mutuo. Los estudiantes entienden que las reglas están para
su propio bien y no como restricciones sin sentido.
En el
Sistema Preventivo, la razón actúa como un guardián que protege tanto a los
jóvenes como a la comunidad. Al desarrollar la capacidad de pensar críticamente
y de evaluar las situaciones, los estudiantes son capaces de evitar situaciones
peligrosas o perjudiciales. La razón guía sus acciones, fomentando un sentido
de responsabilidad personal y comportamiento ético. Los jóvenes se convierten
en agentes activos de su propio crecimiento, tomando decisiones que reflejan su
comprensión del bien común.
Autoconocimiento y Conocimiento
El uso de
la razón en el Sistema Preventivo fomenta tanto el autoconocimiento como el
conocimiento del entorno. Los jóvenes no solo aprenden a pensar críticamente
sobre los problemas que enfrentan, sino que también desarrollan una comprensión
más profunda de sí mismos: sus fortalezas, debilidades y emociones. A través
del autoconocimiento, los estudiantes pueden reconocer sus propios límites y
necesidades, lo que contribuye al desarrollo de una identidad fuerte y segura.
La razón
también juega un papel crucial en el desarrollo de la identidad y la
autoestima. Cuando los jóvenes se sienten comprendidos y valorados, tienen
mayor capacidad para aceptar quiénes son. El proceso de autoconocimiento,
guiado por la razón, les ayuda a construir una identidad sólida y a aceptar
tanto sus cualidades como sus limitaciones. Esta aceptación personal lleva a un
aumento de la autoestima, ya que los jóvenes comienzan a verse a sí mismos de
una manera positiva y constructiva.
Docente y
Estudiantes
En el
Sistema Preventivo de Don Bosco, el docente no es solo una figura de autoridad,
sino un mentor que acompaña a los jóvenes en su proceso de formación. El uso de
la razón en la relación entre el docente y los estudiantes se basa en el
respeto mutuo. El docente no impone normas sin explicación; más bien, involucra
a los jóvenes en el proceso de razonamiento para que comprendan por qué ciertas
decisiones son necesarias y cómo afectan tanto a ellos mismos como a los demás.
Habilidades
de Racionalidad
El
desarrollo de habilidades de racionalidad es un objetivo central en el Sistema
Preventivo. Los jóvenes aprenden a analizar situaciones, evaluar alternativas y
tomar decisiones informadas. Estas habilidades no solo les sirven en el
contexto académico, sino también en su vida cotidiana. Ser capaces de pensar de
manera racional les permite abordar los desafíos con confianza y seguridad.
Estructura de soporte para el actuar: Normas, Correcciones y Sanciones
El Sistema Preventivo de Don Bosco se basa en un enfoque educativo que utiliza la razón como una herramienta central para guiar a los jóvenes. La estructura que sostiene el actuar de los estudiantes se apoya en tres elementos clave: normas, correcciones y sanciones. A continuación, explicaremos cada uno de estos aspectos de manera detallada.
Normas
Las normas son esenciales para mantener un ambiente educativo armonioso y justo. En el sistema de Don Bosco, estas normas no son impuestas de manera arbitraria, sino que se establecen con un propósito claro y razonable. Las reglas ayudan a los jóvenes a saber qué se espera de ellos, permitiendo que las actividades en el centro educativo se desarrollen con fluidez y orden.
- Claridad: Las normas deben ser explícitas y comprensibles para todos los estudiantes. No deben generar confusión.
- Justicia: Don Bosco promovía que las normas fueran justas, es decir, que respondieran a las realidades y capacidades de los jóvenes, evitando ser excesivas o irreales.
- Participación: Aunque el educador propone las normas, se busca que los jóvenes comprendan y, en algunos casos, participen en su elaboración para que las vean como algo propio.
Correcciones
Cuando un estudiante no cumple con las normas, se recurre a las correcciones, que deben ser vistas como una oportunidad para el aprendizaje y no como un castigo. En el enfoque de Don Bosco, las correcciones se aplican con el objetivo de guiar al joven hacia el comportamiento adecuado, siempre desde el respeto y la empatía.
- Acompañamiento: La corrección debe darse con una actitud de cercanía y comprensión, no de confrontación. Se busca hacer reflexionar al joven sobre su falta.
- Personalización: Don Bosco insistía en que la corrección debía adaptarse a la individualidad del joven, entendiendo sus circunstancias particulares.
- Dialogada: La corrección no debe ser impositiva, sino que se realiza en un espacio de diálogo, donde el educador y el estudiante pueden discutir el motivo de la falta y cómo corregirla.
Sanciones
Las sanciones son el último recurso en el Sistema Preventivo, aplicadas cuando las normas han sido infringidas de manera significativa o repetida. Sin embargo, Don Bosco creía que estas sanciones debían cumplir con un rol formativo y no simplemente punitivo.
- Propósito educativo: La sanción siempre tiene la intención de educar, de hacer que el joven reflexione sobre sus acciones y las consecuencias de las mismas, con el fin de que aprenda a mejorar.
- Proporcionalidad: La sanción debe ser proporcional a la falta cometida, evitando caer en castigos exagerados o desmedidos que puedan desmotivar o desmoralizar al joven.
- Restauración: Las sanciones también pueden incluir la reparación del daño causado, ya sea a nivel interpersonal o grupal. Esto ayuda al joven a asumir la responsabilidad de sus acciones y a entender su impacto en la comunidad.
Conclusión
La razón es
un pilar esencial en el Sistema Preventivo de Don Bosco porque actúa como guía
para el comportamiento de los jóvenes. No es una herramienta para controlar,
sino un medio para que los estudiantes comprendan y acepten las normas de
manera consciente y voluntaria. A través de la razón, los jóvenes desarrollan
habilidades de pensamiento crítico, construyen su identidad y aumentan su
autoestima, todo mientras son acompañados por educadores que los guían con amor
y comprensión.
Reflexión
Personal
La
pedagogía de Don Bosco nos recuerda la importancia de la educación racional y
su impacto en el desarrollo personal. Como educador, es fundamental promover un
entorno donde los jóvenes puedan reflexionar sobre sus decisiones y aprender a
través de la razón y el diálogo. Esto no solo contribuye a su formación
académica, sino también a su crecimiento emocional y espiritual. Al utilizar la
razón como guía, podemos ayudar a los estudiantes a convertirse en personas
responsables, capaces de enfrentar los desafíos de la vida con madurez y ética.
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