La Religión: Un Pilar del Sistema Preventivo de Don Bosco
En el Sistema Preventivo de Don Bosco, la religión se
presenta como un pilar fundamental para la formación integral de los jóvenes.
Don Bosco veía la fe no solo como una práctica espiritual, sino como un camino
que proporciona sentido, propósito y una guía interior y exterior que lleva a
la madurez humana y espiritual.
¿Qué es la Religión en el Sistema Preventivo?
Habilidades para Educar lo Religioso
La educación en la fe requiere habilidades específicas que
el docente debe desarrollar para acompañar a los jóvenes en su camino
espiritual:
Ser un modelo de fe: El educador debe ser un ejemplo
vivo de valores y fe, mostrando cómo la religión se traduce en la vida
cotidiana.
Escucha activa y empatía: Los jóvenes necesitan ser
escuchados en sus dudas y temores. La empatía permite que sientan que sus
inquietudes son valoradas.
Inspirar confianza y apertura: Los estudiantes deben
sentir que pueden acercarse con cualquier pregunta o inquietud sobre la
religión.
La Relación con Dios: Provisión de Madurez Interior y Exterior
ü
- Estabilidad y profundidad espiritual
- Paz y alegría
- Armonía con uno mismo, en pensamientos, palabras y acciones.
- Armonía con los demás, seres humanos, animales y medio ambiente
- Armonía con la trascendencia, con Dios.
Madurez interior: La relación con Dios brinda a los
jóvenes una paz interior y una confianza en su valor propio. Este proceso
promueve una introspección que les ayuda a conocer sus fortalezas y
debilidades, a escucharse y a ser honestos consigo mismos.
Madurez exterior: La fe también impulsa el compromiso
hacia los demás. Los jóvenes crecen en responsabilidad y en disposición de
ayudar a los demás, desarrollando su capacidad de hacer el bien en su entorno.
El camino de Don Bosco
Personas que se esfuerzan en vivir con armonía tanto
interiormente, dentro de sí mismos, como exteriormente, con la sociedad que les
rodea. Es decir, verdaderos creyentes.
Una Peregrinación de Doble Destino
Don Bosco planteaba el viaje de la vida como una
peregrinación hacia el interior y el exterior. En esta doble peregrinación, el
joven explora su ser interior a la vez que construye su relación con el mundo y
las personas a su alrededor.
El viaje interno: Es un proceso de
autodescubrimiento, donde el joven se conecta con su esencia y su
espiritualidad. Aquí, la fe y la religión ayudan a encontrar dirección y
sentido, enfrentando los desafíos internos.
El viaje externo: Es la interacción con el mundo y la vivencia de los valores aprendidos en el entorno cotidiano. Los jóvenes aplican lo que descubren dentro de sí en su vida diaria, en sus relaciones y en sus decisiones.
El Docente en el Sistema Preventivo
El docente, en este sistema, actúa como guía espiritual y
como acompañante en el crecimiento personal y comunitario de los jóvenes. Don
Bosco creía que el educador debía ser una presencia constante y amorosa,
alguien que reflejara el amor de Dios y mostrara el poder transformador de la
fe en la vida.
Habilidades para el Viaje Interno
Para ayudar a los jóvenes en su viaje espiritual, el
educador salesiano fomenta habilidades esenciales que permiten fortalecer la
vida interior:
Meditación: Enseñar a los jóvenes a tomarse un
momento para reflexionar y conectarse con sus pensamientos y sentimientos.
Oración: La oración es un medio directo para buscar
orientación, expresar gratitud y encontrar consuelo en momentos de duda.
Obediencia a la voz interior: Escuchar y respetar la
conciencia propia es clave para tomar decisiones alineadas con los valores.
Descubrir y enfrentar la presencia del mal: Es
esencial que los jóvenes comprendan la realidad de la tentación y el mal, y que
aprendan a resistirlo con valentía y fe.
Habilidades para el Viaje Externo
En el camino de Don Bosco, el viaje externo abarca no solo
la interacción con el mundo de forma activa, sino también la habilidad de crear
y fortalecer lazos a través de la solidaridad, el perdón y el trabajo en
comunidad.
El viaje externo requiere habilidades que permitan al joven
interactuar con el mundo de manera constructiva y plena:
El deber: Cumplir con las responsabilidades y
compromisos es una expresión de respeto hacia los demás y hacia uno mismo.
Hacer fiesta: En el Sistema Preventivo, la alegría y
la celebración también son aspectos importantes. La vida comunitaria y los
momentos de alegría refuerzan el sentido de pertenencia y la gratitud por la
vida.
Ponerse al Servicio: En el Sistema Preventivo, ponerse al servicio significa desarrollar la capacidad de ayudar y servir a los demás sin esperar nada a cambio. Para Don Bosco, el servicio es una expresión genuina de la fe y un acto de amor hacia el prójimo.
Participación y Diálogo: La participación activa en el diálogo permite a los
jóvenes expresar sus ideas y escuchar a los demás, desarrollando así la
habilidad de resolver conflictos, compartir perspectivas y construir relaciones
sanas basadas en la empatía y el respeto.
Participación en la Vida de Grupo: La vida en comunidad es fundamental en el Sistema Preventivo. Participar en la vida de grupo significa comprometerse con el bienestar de la comunidad, desarrollando un sentido de pertenencia, responsabilidad y solidaridad.
Perdonar y Recomenzar: Uno de los aspectos esenciales
del Sistema Preventivo es la capacidad de perdonar y recomenzar. Don Bosco
enseñaba que el perdón es clave para la paz interior y la armonía en la
comunidad. Aprender a perdonar significa liberar rencores y abrirse a nuevas
oportunidades de crecimiento personal y colectivo. Además, el perdón es una
práctica de humildad y amor que permite a los jóvenes recomenzar y reconstruir
relaciones cuando hay errores.
Conclusión
La religión, en el Sistema
Preventivo de Don Bosco, es más que un simple componente espiritual. Es una
fuente de sabiduría y guía que ayuda a los jóvenes a enfrentar sus retos
personales y a crecer en su fe y madurez. La relación con Dios, el autoconocimiento
y las habilidades para interactuar con el mundo son aspectos que transforman la
vida de los jóvenes, inspirándolos a ser mejores personas y a vivir de manera
auténtica y generosa.
Reflexión Personal
La visión de Don Bosco sobre la
religión como pilar educativo me inspira a ver la educación no solo como un
proceso académico, sino como una oportunidad de crecimiento humano y
espiritual. La combinación de fe, razón y amor en el Sistema Preventivo abre caminos
para que los jóvenes descubran su propósito y se preparen para los desafíos de
la vida. Este enfoque me recuerda la importancia de guiar con compasión, de
motivar a mis estudiantes a creer en ellos mismos y de ver cada momento como
una oportunidad para sembrar valores y construir esperanza.
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